El reinicio
¿Por qué escribir sobre uno mismo? Estos días percibo con claridad el motivo por el cual tampoco me gusta ser fotografiado: simplemente prefiero estar del otro lado. Abrir un blog me tiene preocupado desde que comprendí que era inevitable sustituir mi web -muy querida pero ya fósil- por algo moderno, profesional y más visible. Será autoestima baja, inseguridad, timidez, llamadlo como queráis. El hecho es que me cuesta escribir cosas mías aquí por si interesan a alguien; aunque vaya usted a saber, quizá me enganche con el tiempo.
Mi preocupación se origina como consumidor asiduo de la Red, siguiendo blogs y comunidades donde a veces no me gusta lo que veo. Encuentro discusiones interesantes, mucha creatividad y grandes iniciativas. Pero también hay blogueros desquiciados, que parecen vivir en el web donde se han refugiado. Otros son endiosados por sus seguidores, quizá demasiado desocupados, que les aplauden hasta las imágenes más pobres. Y piden más, cada día más, lo cual es una presión que atrapa fácilmente. En el otro lado están los trolls, que gozan provocando conflictos y a los que tarde o temprano hay que expulsar de tu página ¡y yo que nunca tuve que echar a nadie de mi comedor!
¿Por qué incorporarme a tal torbellino? Bien, no tengo muchas excusas. Es obvio que si llevo tanto tiempo quemándome las pestañas con una web, es para enseñar lo que hago, lo que incluye también este espacio de comunicación.
Así las cosas hemos llegado, aquí y ahora, a este extraño sitio multilingüe (mejor diría rarilingüe) donde podréis ver mi trabajo, contarme cosas que desconozco, quizá enteraros de alguna que desconocíais, saber de otra gente, o comprarme fotos :mrgreen:.
Publicaré aquí trabajos técnicos -encontraréis de entrada algunos artículos anteriores- anuncios sobre cursos, actividades, reportajes realizados o viajes futuros. O quizá otras cosas, en las que ahora mismo no caigo. No hay compromisos. Mi único deseo es que a todos nos sea útil y agradable.
¡Que tengáis un luminoso día!
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